sábado, 17 de septiembre de 2011

Hasta siempre, diecisiete.

Lo primero que pensé fue: ¿ya? ¿ya se ha acabado?. No se si no me lo podía creer, o esque ni si quiera quería creérmelo. En ese momento solo recuerdo que por dentro notaba como todo se me hundía, y le oía hablar explicándomelo todo, pero no le escuchaba. Miraba a la pared de enfrente manchada con un graffiti verde, solo me fijé en eso; extraño momento para darse cuenta que había un garabato dibujado enfrente de tí en uno de los peores minutos de tu vida. El cerebro paró de asimilar informaciones, no podía ser posible, era una broma seguro. A medida que fue pasando el día me iba dando más cuenta de que no, por desgracia no era un broma, era verad, se había acabado, no se si temporalmente o para siempre. Le juré cosas que ni tan siquiera he cumplido y prometí una próxima vez que no creo que haya. Todo ha sido tan rápido que no me ha dado tiempo a empezar a conocer esta nueva etapa en la que quien manda soy yo. Creo que he empezado realmente a disfrutar mis quince años como debí hacer desde hace tiempo, y poco a poco me atrevo a decir que soy feliz. He cambiado, no se si a mejor o a peor, pero estoy segura que a esta nueva persona no habrá nadie que le haga daño. Me he empezado a enganchar a ver todo lo positivo de esta locura, y me encanta. A estas alturas solo te puedo decir que gracias y suerte, suerte por todo lo bueno que te queda por descrubir.